Hay piedras(emociones, frustraciones, heridas,miedos, ataduras. ..) que nos impiden escuchar la voz de Jesús, diciéndonos : ¡Levántate!, como dijo a Lázaro y Resucitó.
Es importante discernir esas piedras en el camino para ponernos a la altura de lo que somos y tomar las riendas de nuestra vida de la mano del Señor.
Por otro lado, nos creemos víctimas siempre tenemos en nuestra mente pensamientos del tipo: es que me han hecho esto o me han dicho aquello y esos pensamientos entran en un bucle sin cesar que nos impiden ver o comprender más allá de nosotros mismos. Sin embargo, si dichas ideas las ponemos a los pies de un Jesús Crucificado con su cuerpo lleno de llagas todo se diluye y se desvanece.
Como decía Santa Teresa de Jesús:
"Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte."
Es a través de la contemplación de las llagas como las nuestras quedan sanas y podemos comenzar a caminar de nuevo.
Amén, Amén, Amén.