VE A LA FLOR
Una amiga nuestra nos regaló una planta preciosa y la pusieron a los pies de la Virgen. La planta tiene una flor alta de color rojo en el centro, rodeada por ramilletes verdes, un montón. Me fijé en los ramilletes: los que estaban más pegados a la flor eran altos, y los más alejados estaban caídos.
Cristo es la flor y nosotros los ramilletes. Si nos alejamos de Él, nuestra vida no tiene sentido. Pero, si permanecemos a su lado, crecemos. Cristo no te exige que seas un ramillete perfecto para estar a su lado. No, esos ramilletes pegados a la flor siguen teniendo manchas, algunos son mas bajos que otros, a más de uno se le han caído varias hojas... No son perfectos, pero están al lado de Alguien que les ama tal y como son.
Ayer vino un grupo de mujeres a visitarnos, y una de ellas me dijo: "Si me alejo del Fuego, me enfrío". ¡Qué cierto es!
Puede que hoy te sientas así, caído, que sientas no puedes más, que te has dado por vencido, que las cosas te superan, no tienes esperanza... Yo te digo que sí, ¡sí que hay esperanza! Que el centro, la flor, el fuego... en una palabra, Cristo, quiere que te pegues a Él con todas tus fuerzas, que no te alejes. En Él está la vida que estás buscando. Él te está esperando, está deseando que te acerques a su lado.
Cristo no va a quitarte los problemas, pero va a darles sentido. Y, sobre todo, te dará paz en la situación en la que estás. Él está contigo, viviendo aquello que te gustaría eliminar de tu vida. Sólo tienes que aceptarle.
Hoy el reto del amor es ir a la flor, al fuego, ve a un Sagrario, siéntate con Él: no saldrás igual.
VIVE DE CRISTO
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