Vamos a tomar y reflexionar sobre la dureza de la vida y lo que en muchas ocasiones nos cuesta soportar. A este respecto en la Carta a los Colosenses 7, del versículo 11 al 12, nos da una chispa de esperanza al decir: "La gloria de Dios, os de fuerza para soportarlo todo con paciencia, magnanimidad y alegría."
Por nosotros mismos no podemos nada, pero si es en el Señor, si podemos. Él nos da su fortaleza. Y lo soportaremos todo con paciencia y/o resignación.
Santo Tomás de Aquino habla de la virtud de la Magnanimidad que nos ayuda a sobreponernos a los obstáculos sacando fuerza y sabiendo ver en cada dificultad una oportunidad que el Señor nos ofrece para unirnos más a Dios.
Y por último, ofrecer y entregar esas dificultades al Señor, siendo conscientes de que por nosotros mismos no podemos. Podemos exclamar:" Señor te lo entrego. (expresar esa situación que nos inquieta)"..Descargar ante Dios todo nuestro agobio porque Dios se interesa por nosotros.
Nuestra pequeña oración de hoy es dejarnos en manos de DIOS: Esta dificultad te la entrego... y dejarla en sus manos sin someter nuestra mente a pensamientos inútiles que nos agotan. Somos de Señor y el Señor nos dará su fortaleza y sabiduría. Amén.
Nota: He escogido este versículo y comentario a raíz de lo que comentó en su día el "Cura de Toledo" en su Desayuno Espiritual. Este sacerdote, el Padre Valentín todos los días en You Tube hace un comentario al evangelio muy instructivo. Os dejo el enlace para que podáis escucharlo diariamente. Desayuno Espiritual
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