martes, 13 de septiembre de 2022

No vemos con nuestros ojos: nuestras vigas.

En esta entrada al blog, quiero hacer una reflexión sobre una lectura reciente de la biblia: Mateo 7. 
¿Cómo es que ves la paja en el ojo ajeno  de tu hermano sino adviertes la viga en el tuyo?

En este caso es bastante claro lo que quiere decir este versículo. Y muchas veces en nuestro quehacer diario  erramos de ello. Juzgar las acciones de los demás con un prisma, filtro, lente no objetivo; sino prefigurado según nuestra concepción de lo que está bien o mal. Este versículo nos dice que estamos ciegos, que tenemos una viga en nuestros ojos que no nos permite ver con claridad y además nos atrevemos a juzgar al hermano desde dicha óptica. 

Esa viga es el pecado; nuestras limitaciones humanas, nuestras cadenas. 
Todos y cada uno de nosotros en mayor o menor medida tenemos vigas, lastres, cadenas..y Sólo Dios puede quitarnos o levantar  las mismas. Solo Él nos puede curar, sanar y liberar.

Así dice el Salmo 50: 
"Misericordia, Dios Mío, borra mi culpa; 
Rociame con el hisopo: quedaré limpio; 
Oh Dios crea en mi un corazón puro, afianzame con espíritu generoso ....y mi boca proclamara tu alabanza."

Sólo, de este modo, se podrá discernir desde la sabiduría emanada de Dios lo que es mejor para las personas que el Señor pone en nuestro caminar. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario