Todos y cada uno de nostros que estamos leyendo este post, nuestro profundo deseo de corazón es seguir a Jesús, amarle immemsamete y ser un peregrino en esta vida siguiendo su caminar.
Si bien nos entramos con que ponerlo en la práctica es difícil por nuestras fuerzas y nos preguntamos qué es lo que nos impide unificar nuestra voluntad a la voluntad de Dios; pues es: nuestro amor propio.Este es nuestro enemigo.
Pongamos esta intención en sus manos para que nos unifiquemos en Él.
Sin colaboración íntima con Dios nuestras obras en apariencia llenas se quedan Vacías. Son sólo meros propósitos buenos que emergen de nuestra voluntad. No es suficiente. Es necesario someter nuestras acciones a Dios, ponerlo en sus manos y pedirle que nos conceda el don de Discernimiento: que sea Su Proceder en nosotros.
AMÉN.
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