La oración es un trato de amistad. Estando verdaderamente a solas, muchas veces, con Aquel que nos ama.
No se trata de rezar, no se trata de meditar, no se trata de reflexionar sobre la palabra de Dios; se trata de un yo- Tú, Tú- yo en silencio y Soledad. Trato de amistad y de intimidad con el Señor Dios vivo y verdadero, en el envolvimiento del silencio y de la Soledad. Y se entra en un movimiento de reciprocidad: Tú me amas- Yo te Amo; Estás conmigo - yo estoy contigo y aquello crece y Dios es una realidad vital, conmovedora, transformadora, liberadora en mí. No es un intercambio de palabras sino de interioridades. Estás conmigo- estoy contigo, estás conmigo- estoy contigo Dios mío.
Casi, casi somos una misma cosa.
Nota: Esta Bonita reflexión es una transcripción de una parte vídeo del Padre Ignacio Larrañaga sobre el "Porqué vamos abandonando a Jesús.
Este es el enlace para que lo podáis ver. Es breve tan solo dura poco más de seis minutos, pero con una explicación transcendental. A mi me caló en lo más profundo de mi ser.
Preciosa reflexión, Ana. Gracias por compartir!!!!
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